miércoles, 18 de noviembre de 2009

de como murio francisco pizarro. lima, peru. 1541





















Dibujo 165. La muerte de don Francisco Pizarro por don Diego de Almagro, el hijo mestizo de su antiguo aliado

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DON FRAN[CIS]CO PIZARO LE MATÓ A DON DI[EG]O DE ALMAGRO, el biejo capitán y conquistador1.

/ Almagro / Pizarro / en Lima /

CONQVISTA

1 Véase p. 411, nota 3. [2004:] Aquí también transcribimos excepcionalmente el texto original en vez de la versión enmendada, que es: “A DON FRANCISCO PIZARO LE MATÓ DON DIEGO DE ALMAGRO, el mestizo. Fue su padre don Diego de Almagro el biejo.” Guaman Poma ha dejado sin borrar las palabras que cancela, “capitán y conquistador”.


Francisco Pizarro, hombre ya mayor, vivía en Lima y tenía bastantes enemigos entre los españoles. Corría el año 1541, el último año de su vida. Los amigos fieles le advirtieron que sus enemigos intentaban asesinarle, y que estuviera dispuesto a defenderse en cualquier momento. El conquistador no podía creerlo. Llegó el domingo, 26 de Junio de 1541. Pizarro se levantó de la cama y se vistió para oír la santa Misa. Después pasó a desayunar con los amigos que estaban con él. Cuando de pronto entró en el comedor un leal caballero, y sin aliento, le dijo: "¡Armaos, que vienen a mataros!". La turba de asesinos se lanzaron dentro de la estancia espada en mano contra Pizarro y sus pocos amigos que le rodeaban. Estos pronto cayeron muertos. Sólo quedó Pizarro ante sus enemigos. Pero se defendió con bravura y destreza, llegando a matar el solo, en su propia defensa, a cinco de sus atacantes. Era increíble que aquel anciano de setenta años pudiera luchar con tan juvenil valor. Pero en un momento dado abrió la guardia y uno de sus enemigos aprovechó la ocasión y le lanzó una estocada al cuello, abriéndole una arteria. Empezó a arrojar abundante sangre. Cayó al suelo y allí le acribillaron de heridas. Ya moribundo, pronunció el dulce nombre de Jesús, y mojando su dedo en su propia sangre, pintó en el suelo una cruz y cuando intentaba besarla cayó muerto.

otro relato:


Desde 1538 los almagristas, llamados también "los de Chile", sufrían la pobreza, y eran despreciados por los pizarristas. Muchos de ellos habían jurado vengarse, pero solo un grupo encabezado por Juan de Rada lo venían preparando todo desde comienzos de 1541. Vivían en un solar del centro de Lima, al costado de la Catedral, y sus objetivos eran claros: asesinar a Francisco Pizarro y encumbrar a Diego de Almagro "El Mozo".

El Gobernador fue alertado por varias amistades, pero creía que eran chismes sin fundamento, y no quería encarcelar a los sospechosos.

El domingo 26 de junio de 1541, mientras Francisco Pizarro se alistaba para el almuerzo al mediodía, reunido con una veintena de invitados, en el segundo piso de su casa. De pronto un criado dio la voz de alarma. Habían ingresado los almagristas al primer nivel y gritaban preguntando "¡Dónde está el tirano!"

El viejo conquistador se asomó por la escalera y confirmó el peligro, al regresar al comedor vio que casi todos sus invitados habían fugado por las ventanas. Solo se quedaron su hermano Martín de Alcántara, su amigo Gómez de Luna y sus pajes Tordoya y Várgas.

Los de Chile llegaron donde los 5 valientes que los esperaban con espadas en mano. Se entabló un desigual combate, donde fueron cayendo los defensores de Pizarro. Sólo quedó el viejo conquistador que se batió con bravura, hasta que una estocada le atravesó la garganta. Cuando aún respiraba en el piso, un almagrista levantó un pesado jarrón y se lo arrojó a la cabeza. Los asesinos salieron gritando: "¡Viva el Rey, muerto está el tirano!".

“Mas lo cierto es que va a cumplirse medio milenio de la muerte de Pizarro, y aún los peruanos están divididos, en pro o en contra, del viejo caudillo extremeño. Es propio de las naciones jóvenes pensar así; al fin y al cabo, como Nación, no tiene el Perú medio milenio. Tendrán que pasar unos años más para entender que, guste o no, la actuación de Pizarro forma parte esencial de la Historia del Perú. Cuando esto suceda lo veremos con la naturalidad con que hoy ven los franceses a César, los rusos a Rurik, lo ingleses a Guillermo y los egipcios a Omar. Y ese tiempo llegará, recordémoslo”. (DEL BUSTO, Antonio, La Conquista del Perú, p.17)

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