jueves, 17 de septiembre de 2009

La vida de un Inca borbónico en la ciudad de Lima, siglo XXI.

El noble Indio Don Julian Valderrama Escalante siente profunda tristeza en la ciudad de Lima, Lima la horrible se enseña en Cusco. Como si vivir entre ruinas fuese hermoso. Prefiero vivir entre construcciones en curso. De cemento. Vida estimada media 500 años en condiciones ideales. 500 son pocos para que una casa se vuelva habitable. 100 años son pocos para que un cuerpo se vuelva habitable. Triste y solo. Una casa de cemento y un cuerpo de carne y hueso; y dentro, un hombre solo. En fin. En dias como estos el Inca-Principe, y yo su secretario personal, se disocian y cito: "en sueños estoy corriendo por una valle profundo, uno de esos valles que corren paralelos al sol; en este valle y en un camino estoy corriendo, lleno de felicidad; el valle esta lleno de eucaliptos y el aire quieto lleno de aromas, a musgo, a humedad, a espinos verdes a eucaliptos en flor. Corro y mi cuerpo corta el aire y el perfume del valle me inmunda como el agua a una vasija, y soy feliz... en este sueño el valle no tiene fin, el camino es infinito y tambien esta felicidad, no existe nada más. un bosque infinito, un valle profundo, un sol de medio dia y su luz a travez de la altas ramas y soy yo mismo y así..." fin de la cita. Volviendo al punto decia que no se siente feliz uno en Lima. No quiero admitir que soy yo el que asi se siente. Admitirlo seria dudar de mi Dios de Amor, con el que nada falta. En fin en días como estos su Majestad Imperial, el Serenisimo Inca-Principe se siente un tanto apostata, se han programado ya los rituales y sacrificios predeterminados para librarnos de esta calamidad.
Ave María purisima, son las 10 y 15, viva el Perú y sereno!

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